El siglo XX fue un siglo de cambios, esta nueva era hizo que las corrientes constructivas dieran un vuelco con respecto el pasado, los nuevos pensamientos generados a finales del siglo anterior hacen que los arquitectos diseñen un nuevo estilo donde las líneas se convierten en más refinadas que las industriales usadas anteriormente.

El objetivo era hacer una ciudad más elegante y moderna, así expresar el optimismo del nuevo siglo. Por ello las grandes familias quieren incorporar los nuevos gustos a las ciudades y pueblos, y demostrar que el interés estético no solo estaba en el interior de los edificios con las pinturas y esculturas que decoraban las estancias, sino que se puede admirar esta nueva corriente al paso de toda persona.

Un ejemplo de esta arquitectura la tenemos en la casa de la Familia Huertas-Vega, compuesta por 2 plantas de gran altura más la troje en la parte superior.

Se comienza la construcción a finales del siglo XIX terminándose en 1912. La casa mantiene en la actualidad todo el ambiente de principios del siglo XX. No se han hecho modificaciones sobre su estructura inicial y conserva parte de su mobiliario original transportando a quién la visita a esa época. 

De estilo historicista o romántico tiene profusión de adornos en la fachada con motivos decorativos en escayola de cierta riqueza. Cornisa de notable alero. Rica decoración en dinteles de balcones y balcones acristalados. Consta de patio toledano revestido con azulejo traído de Sevilla recordando a los patios del barrio de Santa Cruz de dicha ciudad. La galería superior está soportada por vigas de hierro que supuso un detalle moderno en la construcción de la época. Sobresale la utilización de materiales nobles en toda la casa resaltando especialmente la carpintería de alta calidad. 

La planta baja que destaca su robusta construcción reforzada con sillares de granito encontramos cuatro ventanas cubiertas por una rejería de forja y la puerta de acceso en madera noble con dos hojas talladas con excelentes detalles.