El Campo Arañuelo, comarca natural en la que nos encontramos, se caracteriza por un clima de invierno frío y húmedo, un otoño y primavera con temperaturas agradables, pero con un verano muy caluroso y seco. Por ello una de las marcas de identidad más apreciables en la arquitectura tradicional de la zona son el color blanco de las viviendas producido por la cal que se añade en las fachadas, cuyo uso, además de higiénico, sirve para intentar mitigar las altas temperaturas estivales.

Muchas de estas casas, construidas en adobe, tiene una mima distribución: cocina-comedor, habitacionales, patio, la cuadra y la troje, espacio que servía de almacén para la comida u otros enseres y se encontraba en la parte superior del hogar. Además, es destacable la portada de granito de medio punto que enmarca la puerta principal.

Otras de las características más apreciables son los grandes portones que daban acceso al patio o la cuadra, generalmente cubierto con un tejadillo de madera, y el poyete o banco adosado en la fachada, que servía de acomodo para pasar las horas al sol cuando el frío era duro o para disfrutar de las temperaturas más frescas en las noches de verano. Todas estas características pueden apreciarse en varias de las casas que se encuentran en el entorno de este panel informativo.